Para el bautizo de Elena nos decantamos por las flores. Vintage, por supuesto, con ese aire rescatado de algún libro viejo.
Hicimos un tocado de tul azul para adornar la cabeza de la pequeña Elena, y lo pegamos a su foto haciendo más divertida y sofisticada la invitación al bautizo.
Y en un par de tarjetas se explicaba el lugar y hora del bautizo. Un lacito de cuero azul para unirlo todo y al sobre.
La verdad es que gustó mucho y eso nos hace sentirnos realmente bien.
Como detalle a los invitados, se repartieron unas peladillas de chocolate a juego con las invitaciones. Flores vintage, colores viejos y olor a chocolate, ¡qué mejor combinación!
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